Entrada 28

No me había dado cuenta de que me había quedado dormido en la alfombra de la sala, me levante con algo de dolor de cabeza y no tenía claro qué había hecho, me enderece y vi a mi alrededor, aun se veía oscuro por la ventana así que a tientas busque mi celular, vi que tenía un mensaje de Jae y entonces me pregunte si yo...le había mandado algo en medio de mi drogada conciencia y leí el "te necesito" que le había mandado.



-Tsk!...Y se supone que el inmaduro soy yo...- exprese fastidiado mientras inclinaba sobre mis labios la boquilla de la botella en la que buscaba ahogar algo más que la simple molestia... pero parecia inútil, aquella sensación avanzaba en mi y el alcohol que bajaba ya no era suficiente para calmar este calor sofocante...-Jae...- vi la hora que marcaba el reloj, eran las tres de la mañana, demasiado temprano como para ir a verlo, me sentí frustrado, y un poco desesperado porque sentía todos estos sentimientos reprimidos en mi pecho, quería gritar su nombre, y sentir sus labios de nuevo


¿Pero en que estoy pensando? ¡imposible!


Deje que mi pesado cuerpo reposará de nuevo sobre mi sofá, y cerré los ojos para tratar de relajarme, pero me traicionarían los sentidos, porque en mi mente solo podía ver la imagen de Jae, ¡si! de mi amigo, recordando aquellos besos suyos, esos labios incitantes, dulces y a la vez ... ¡¡no no!!


Me levante de mi lugar para caminar de un lado a otro por sobre la alfombra, vi entonces una contestación a mi mensaje y me sorprendí, ya no sabía que hacer, debía llegar al fondo de todo esto ahora, respondí su mensaje con un "necesito que vengas, o ¿prefieres que yo vaya?" y así hubiera contestado que no a cualquiera de las dos, lo hubiera ido a buscar, pero tenía que esperar un momento.


Decidí para entonces ir a darme un baño con agua caliente, estaba relajado, concentrándome en las gotas cayendo por sobre mi piel, y entonces imagine cómo sería el recorrer aquella piel tersa suya, y...cuando menos lo pensé mi mano estaba paseándose sin permiso por mi entrepierna, como en un intento vano por emular sus roces, roces que nunca habían pasado pero que de algún modo...deseaba, ¡no!, necesitaba con urgencia sentir sobre mi.


-Jae~ - y ahí estaba yo, pronunciando entre gemidos su nombre, sin la más mínima vergüenza, me detuve en seco y vi mis manos manchadas, y me aterre, ¿qué estaba haciendo?


Salí de inmediato, tome una toalla para secarme, me puse mi pijama, me senté sobre el sofá y abrace mis piernas, revolví mi cabello como si eso fuera a alejar mis malos pensamientos. 


¿qué hago?...