miércoles, 14 de marzo de 2012

Entrada 30



Ya han pasado algunos meses desde que no toco esta computadora para escribir, me va a costar un poco antes de volver a acostumbrarme, ¿porqué no me cuentan ustedes un poco de cómo ha sido su nuevo año? Espero que mucho mejor que el mio. 

Bueno, retomando lo que ha sucedido desde entonces, sabrán que Jae llegó a mi departamento porque fui yo el que le busco con urgencia, es difícil describir con claridad ahora lo que sucedió aquella extraña noche, la verdad es que justo ahora quisiera olvidad algunos detalles, y creo que mi cabeza se ha esforzado por ello porque solo tengo tintes de lo que sucedió.

Jae estaba besándome, diciendo todas aquellas cosas a mis oídos tan excitados, mis manos estaban desesperadas por aferrarse a su cuerpo, mi boca tan sedienta que no podía dejar de besarlo, ya era todo, yo Shim Changmin quería todo con mi mejor amigo, nada en aquel instante hubiera podido parar lo que estábamos haciendo en la oscuridad de aquella habitación, dónde nadie nos vería, ni nos juzgaría por nuestras acciones.

Si el estaba sobre mi, o yo sobre el la verdad no lo tenía claro, no sabia si arriba era abajo o al revés, porque estaba prendido de Jae, de su esencia entera, embriagado por completo, incluso respirar ya era difícil, cara toque de sus manos en mi piel desnuda era fuego.

Habíamos cambiado de lugar en algún momento.

Mis manos bajaron con lentitud, me aferré a su trasero pegándolo a mi cadera, todo por esta necesidad que estaba sintiendo, esa necesidad de sentir su intimidad rozando con la mía, no pude evitar gemir por tal acción, era tan grande el calor que sentía el sudor bañar mi cuerpo. Mis dedos temblorosos se atoraron con el broche de su cinturón, sus manos se posaron sobre las mías, dirigiéndome para que pudiera abrirlo, estaba tan desesperado como yo… pero así como yo…también el estaba explorando en mi cuerpo, pude sentir el empalme de caricias, me frené de golpe y de un modo caso inconsciente lo aleje de mi

-¿q-qué pasa Min?..- había preocupación en esos ojos tan aturdidos

Podía sentir, las caricias de Jae tan diferentes a los agresivos toques de Yunho, sentía que estaban empalmadas, una sobre la otra, deseaba sentir a Jae pero por alguna razón la sombra de aquel ladrón se estaba interponiendo.

Lo mire suplicante, y el pareció entender porque me abrazo con fuerza, acariciando mi cabello y me sentí frustrado, humillado como hombre.

Escuché el insistente llamado de mi puerta, ¿quién era a esas horas?, no esperaba a nadie, solo quería pasar la noche con el y nada más.

“-Changmin…soy Yunho…son las cuatro de la madrugada…sé que estás ahí…te ruego que me recibas…te juro que…no entiendo nada…-

Al escuchar esa voz mi cuerpo entero se paralizo, Jae se paró con velocidad y fue a recibir a mi…

…invitado no deseado… ni siquiera tenía la cara para verlo…


No hay comentarios:

Publicar un comentario