Entrada 22

Como si mi noche no hubiera sido larga, ya me sentía lo bastante mal como para recibir visitas... odiaba vivir solo, siempre lo odie y ahora más... me recosté en la cama, no me tome la molestia de ponerme pijama porque a estas alturas todo, pero absolutamente todo me daba igual, solo quería desaparecer...


No recuerdo bien la hora, ni cuánto tiempo estuve en cama, cuando escuche que llamaban insistentemente a la puerta y a mi número celular, mire el nombre de la persona, nada ni nadie me animaba, no quería que nadie me viera, tenía demasiada vergüenza y a cada minuto mi cabeza me recordaba con imágenes lo que había pasado, trataba de reprimirlos pero solas se escapaban, finalmente tuve la fuerza para gritar ¡VETE!- 

-¡Soy Junsu estoy preocupado por que no has ido a la universidad!- ¿qué importaba quién fuera? 

-¡No quiero ver a nadie! así que ¡VETE!- no sabía qué tan despectivo había sido en ese momento, ni con que tono de voz se lo había dicho, pero sin duda me había funcionado porque escuche claramente sus pasos al alejarse, lo siento mucho Junsu...yo sabía que nada de esto era tu culpa.

Estaba sentado a la orilla de la cama, peleándome conmigo mismo, buscando alguna buena excusa para el médico, ¡rayos! de verdad me sentía mal, pero mi sangre se heló por completo al escuchar la voz de Jae llamando a mi puerta, debí considerar que era demasiado tonto, haría completamente lo contrarío a lo que le había escrito en el mensaje, debí prevenirme, grite -¡Vete! ¡Dije que no quería verte!- qué mas podía hacer, pensé que había funcionado porque no escuche de nuevo su llamado... en un momento me desanime porque a pesar de lo que había pasado solo quería correr donde el para pedirle ayuda...

-¿Se podría saber ahora qué te ocurre Changmin?-  su voz me había sobresaltado, lo mire por la sorpresa en medio de mi oscura habitación, ¿cómo había conseguido entrar? ¡rayos! mi llave de repuesto, me maldije, este día sin duda Changmin te habías vuelto muy estúpido. 


Lo vi avanzar asía mi y yo retrocedí -¡No vengas!- me miro con ese gesto de duda en sus ojos, se notaba que cada vez entendía menos -¿qué te pasa?- volvió a preguntar -¡Nada!- grité -Es obvio que te pasa algo se nota en el tono de tu voz, no me voy a ir- me miraba con esa típica mirada de seguridad y firmeza, me desespere demasiado, en realidad no quería que se fuera, ¡pero mi miedo por aquella advertencia era mas grande que otra cosa!, así que me acerque a el, temblando y estire mis manos hasta su pecho para empujarlo con brusquedad, logre moverlo hasta quedar detrás del marco de la puerta -¡Te dije que te fueras!-
-¡No me voy a ir!- tomo mis brazos para defenderse y ahí a la luz del pasillo vi su cara palidecer -Changmin...¿qué te paso?- dijo señalando con sus ojos aquellas marcas en mis brazos, y desvié la mirada y me aleje de su agarre -me...caí...- apenas pude susurrar, de nuevo tomo mi brazo y me miro acusatoriamente, como si yo hubiese hecho algo malo -Estas marcas  no fueron hechas por una caída...¡habla de una vez!- 


-¡TAL VEZ DEBERÍAS PREGUNTARLE A TU AMIGO YUNHO!- cuando grite esto sabía que había llegado al punto del no retorno

-¿Yunho?...Yun...¡¿Qué te ha hecho?!-  ¿qué se supone que debía responderle a eso? estoy seguro que en sus ojos el mismo ya sabía la respuesta

-Nada...tsk...- me incline por el dolor en mis costados y el caminó hasta mi alarmado, sin pedir permiso retiro mis brazos de la zona que estaban protegiendo y vi mi camisa blanca teñirse de rojo...otra vez... levanto un poco mi camisa, lo suficiente para que se llevara las manos a la cara con un gesto de desesperación -¡Mierda! voy por el botiquín...¿en el baño cierto? no te muevas ya vengo- lo vi salir de mi habitación y me deje caer al piso recargado en la cama, de nuevo estaba llorando... trataba de contenerlo, cuando lo escuche volver se tiro al piso a mi lado y vi en sus ojos impotencia, tenía el alcohol en sus manos y lo vi temblar, recargo su frente en mi hombro y me pregunto de nuevo en un tono casi susurrando -¿que te ha hecho Min?-  no respondí nada...solo hice lo mismo, recargar mi cabeza en su hombro y guardar silencio.